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"Sacarse las dudas"

En la última entrega del mes, desde el Centro de Día de Plottier abordan una situación recurrente entre una parte de los adolescentes: el consumo de alcohol o marihuana.
Sergio Garro
Por Sergio Garro

Un hijo, una hija, un adolecente a nuestro cargo...
“…en su cuarto descubrimos un porro o restos de él. En un bolsillo encontramos un paquetito con hierba, o papel para armar cigarrillos entre sus cosas.”
“…a veces llega habiendo bebido bastante alcohol, eso se ve y se huele cuando entra a casa.2
Sin embargo:
En la escuela las cosas van bien
Sigue haciendo deporte tal como lo hizo siempre
Su carácter es el mismo, sus hábitos no cambiaron
Salvo el fin de semana o algún feriado, normalmente está con la familia
No hay quejas de vecinos, de la escuela, tampoco de conocidos ni de extraños acerca de su comportamiento fuera de casa
Sus amistades siguen siendo las mismas, aunque algunas no son del agrado de los padres
No faltan de la casa objetos, tampoco se pierden ropa ni cosas que le perteneces
No pide dinero extra, tampoco se observa que cuente con otro dinero que no sea el provisto por los padres
Es decir:
No se pueden verificar alteraciones de ningún orden prácticamente.

Sin embargo:
No hay dudas respecto al consumo (aunque sea esporádico) de marihuana y alcohol.

Entonces:
Es razonable la preocupación de padres o adultos a cargo.
Es entendible que crean conveniente intervenir o realizar consultas a especialistas en el tratamiento de usuarios o abusadores de sustancias.
Es además totalmente recomendable afrontar la situación en esta instancia, dado que no se presentan problemas en apariencia, pero el consumo de estas sustancias es un hecho y las dificultades podrían surgir si no se previene de manera conveniente.

De modo que:

Lo más aconsejable es entablar el diálogo con el adolecente respecto de la preocupación que representa notar que consume.
Siempre el abordaje debe darse desde el afecto, desde el amor y el cuidado que el joven inspira a sus padres o responsables.
Escuchar con atención y exponer con serenidad.

Debe tenerse en cuenta que tanto la marihuana como el alcohol gozan de una propaganda poco feliz, ya que aunque ilegal una y legal la otra, ambas se difunden entre jóvenes y adolescentes como artículos de esparcimiento, felicidad o placer.
La excusa es, en el caso de la marihuana, que es inofensiva y que hasta es favorable para la salud (mentira, fumar jamás podría ser beneficioso, ni aunque se fumasen pétalos de rosa).
En el caso del alcohol, el argumento es que se trata de una sustancia legal y que se expende libremente, sin control de ningún tipo y en casi cualquier lugar.

Pero lo cierto es que:
Ambas sustancias son psicoactivas, o sea, afectan la conciencia y la actividad mental.
Por lo tanto la razón se ve directamente afectada, lo mismo el discernimiento.
Es por eso que las decisiones o elecciones producidas bajo ese efecto podrían no ser las mejores.

La Marihuana:
Su consumo crónico produce daños en el sistema respiratorio (síndromes obstructivos, restrictivos y cáncer pulmonar).
Produce inflamación crónica de la vía área y lesiones precancerosas, aumentando el riesgo de la aparición de cáncer de la vía aérea.
Provoca alteraciones a nivel cardiovascular (taquicardia y variaciones de la presión arterial)
Afecta el sistema inmunológico (disminución de las defensas)
Causa alteraciones en el área de la fertilidad (infertilidad por disminución de la movilidad de los espermatozoides).

El Alcohol:
Sangrado en el tubo digestivo
Daño a las neuronas
Trastorno cerebral llamado síndrome de Wernicke-Korsakoff
Cáncer del esófago, el hígado, el colon, mama y otras áreas
Cambios en el ciclo menstrual (periodo)
Delirium tremens (DT)
Demencia y pérdida de la memoria
Depresión y suicidio
Disfunción eréctil
Daño cardíaco
Hipertensión arterial
Inflamación del páncreas (pancreatitis)
Enfermedad hepática, incluso cirrosis
Daño neurológico
Desnutrición
Problemas para dormir (insomnio)
Infecciones de transmisión sexual (ITS)

Sólo con el compromiso de los adultos podrán los jóvenes y adolescentes superar las instancias negativas que la modernidad les proponga.
No debe olvidarse que en la era del consumo la actividad comercial centra su mayor poder de propaganda en esas franjas etáreas.
Un adulto informado y comprometido podrá protegerlos con mayor eficacia de aquellos que sólo los ven como potenciales clientes, sin importarles su bienestar, su salud ni su integridad.

MARIO ALTIERI

Director TAP

Santa Cruz 680 Plottier-Neuquén

Celular: 299 -5382220

[email protected]

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