
Miguel vive en Plottier y fue parte de la comitiva argentina que viajó a las Islas para participar de la ceremonia, donde despidieron los restos de los soldados identificados por el Equipo de Antropología Forense, la Cruz Roja Internacional y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación (ver página 15).
“Fue un día fuertísimo. Estuve quebrado todo el tiempo. Siempre es lindo pisar las Islas y ahora que mi hermano tiene placa, cambia toda la historia, por lo menos vas a un lugar definido”, le dijo Miguel a LM Neuquén, tras regresar de su segundo viaje a Malvinas.
“Mi hermano era piloto, fue abatido por un avión inglés enfrente del cementerio y habíamos descartado que esté allí”, contó.
Las heridas abiertas hace 35 años lo llevaron a hacerse el ADN con la ilusión de identificar los restos de su hermano.
“Con los resultados y la posibilidad de viajar, ponerle una flor y estar ahí adonde está, se cerró una etapa”, relató al final de un día tremendo: estuvo tres horas en las Islas y regresó.
“Todos respetaron nuestro dolor. Obviamente cada uno siente y expresa de manera diferente. Estuvimos tres horas y no pude esgrimir una sonrisa”, describió.
Miguel reveló que tiene planeado volver junto a su padre a Malvinas. “Aún no pude hablar con él, cada vez que le quiero contar, me largo a llorar, ya que los dos vivimos esta historia. Le quiero transmitir todo, y de sólo recordar, me quiebro”, concluyó.
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